Título: “Enfrentando la adversidad cristianamente”
Texto bíblico: 1 Pedro 4:1-11
El apóstol Pedro ya ha estado mostrando previamente el sentido y propósito que tienen las adversidades y los sufrimientos en la vida cristiana. En ocasiones, experimentarlos será inevitable, es más, forman parte del plan de Dios para transformar a sus hijos. Sin embargo, en esta sección de la carta, el autor está más enfocado en exhortar a los creyentes a reaccionar adecuadamente ante las adversidades que otra cosa.
Atravesar por problemas difíciles como los que enfrentamos en la etapa actual se torna muy complejo, pero hacerlo de la manera en que Dios espera que lo hagamos aún más. Por eso, el texto nos desafía a enfrentar la adversidad en la vida con una actitud cristiana como hijos de Dios.
¿Cómo enfrentamos la adversidad con una actitud cristiana?
1. Teniendo el mismo sentir que Cristo 4:1,2.
Tras finalizar el cap.3 sobre cómo Cristo padeció por el pecado y su victoria ante el mismo, el autor nos exhorta a desarrollar el mismo sentir que Cristo, tener la misma actitud que él conforme a la voluntad de Dios. El mejor camino para enfrentar los padecimientos resulta de imitar al Señor aún en esto. Notemos cómo dice el v.1: “…armaos del mismo pensamiento”.
2. Evitando el desenfreno con que se vive en este mundo 4:3-6.
Es más que evite el estilo de vida pecaminoso con que se está viviendo en este mundo, cuánto más cuando arrecian los problemas. Aunque se intensifiquen las situaciones, estamos llamados a vivir “contracorriente” evitando cualquier insensatez, desubicación.
3. Cultivando una sobria dependencia de Dios 3:7.
Las adversidades tienden a nublar la percepción, los sentidos. El cristiano no debe perder de vista la meta final, la realidad que se vive y su dependencia de Dios. Cuanto más dependamos de Dios en oración, estaremos más preparados para enfrentar lo que sea.
4. Sirviendo a otros según las posibilidades 3:8-11.
Generalmente, los contextos adversos de supervivencia hacen que uno se enfoque más en sobrevivir de forma individual desentendiéndose de los que rodean. Sin embargo, la actitud cristiana hace que procuremos amar, ayudar a otros, enfocarnos en servir a los demás, sabiendo que el Señor tiene cuidado de sus hijos. Somos administradores de la multiforme gracia de Dios en medio de la adversidad.
Solo Dios sabe si viviremos tiempos más adversos que los actuales. Lo cierto es que, en medio de la adversidad actual estamos llamados a vivir como hijos de Dios, listos para enfrentar la adversidad como Él espera que lo hagamos.