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Título: “Participando en los propósitos divinos”

Texto bíblico: Jonás 3

Un gran libro en el AT para mostrar la intensión salvífica de Dios. El libro del profeta Jonás nos muestra una combinación interesante entre la ira justa de Dios por el pecado de los seres humanos que le condena y su misericordia inagotable que le perdona cuando hay un genuino arrepentimiento. Sin dudas, nuestro Dios es incomparable y su inmensa grandeza y sus propósitos eternos proclamará nuestro ser a pesar de los grandes desafíos que enfrentamos en estos tiempos. Precisamente parte de la exhortación en esta sección tiene que ver con que participemos en los propósitos divinos en medio de la realidad actual. 

¿Cómo podemos participar en los propósitos divinos en estos tiempos?

    1. Escuchando la palabra de Dios v.1,2

Esta es la segunda vez en que Dios le habla a Jonás comisionándole que vaya a Nínive para que proclame su mensaje. Sin dudas, el Señor nos está llamando, Él nos está hablando claramente para que proclamemos su mensaje de juicio por el pecado, pero de esperanza y salvación a todo el que crea. Debemos levantarnos e ir. Es su acometido, es nuestra misión.

    2. Obedeciendo al Señor v.3,4

Esta vez Jonás no dudó, no huyó, sino que obedeció a Dios. Aquí está la cuestión, a veces experimentaremos temores, preocupaciones y hasta rebeldía. Sin embargo, cuando le prestamos atención a Dios de verdad, entonces nos vamos a disponer para obedecerle y servirle. De hecho, Él quiere usarnos.

    3. Viendo un cambio en las personas v.5-9

No hay nada más satisfactorio que ver cómo Dios trata con una vida y cómo esta reacciona en fe y arrepentimiento al Señor. Esto mismo ocurrió en los ninivitas, quienes vivían en gran maldad. Ellos le creyeron a Dios y esto estaba produciendo una conversión a gran escala. Así obra Dios en las vidas. El Señor continúa transformando vidas en estos tiempos tan difíciles.

    4. Experimentando la misericordia divina v.10

El v.10 muestra con creces la grandeza de nuestro Dios, no hay nadie como él, tardo para la ira y grande en misericordia. Una vez más, Dios contuvo su ira y perdoné a los ninivitas. Se agradó de ellos. Dios no quiere que nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento. Sin embargo, no tomará por inocente al culpable. Precisamente para esto vino Cristo.

Tenemos un gran desafío para estos tiempos tan complejos y difíciles, pues Dios quiere que percibamos sus propósitos y que participemos de ellos. Sumémonos al obrar del Señor.