A través de las Escrituras se nota un gran énfasis en la fe. En decenas de pasajes su necesidad absoluta se declarada explícitamente. La experiencia cristiana coincide totalmente con la Palabra de Dios. El nuevo convertido no tenía ni esperanza ni gozo hasta que creyó. Cuando su fe es débil, manifiesta gran inestabilidad. Pero a medida que su fe aumenta, se va haciendo más fuerte hasta que, sin desanimarse, exclama: “Aunque él me matare, en él esperaré” (Job 13:15). Los cristianos maduros hablan mucho de la fe y siempre les encanta que la verdad relacionada con ella les sea explicada con claridad.