“Antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lucas 13:3). El texto que encabeza esta página, a primera vista parece inflexible y severo: “Antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”. Me imagino que algunos dirían: “¿Es este el evangelio?” “¿Son estas las buenas nuevas?” “¿Son estas las buenas nuevas de las que hablan los ministros?” “Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?” (Juan 6:60).