Todo está por verse en el inquietante escenario político/empresarial donde se espera con nerviosismo el siguiente allanamiento.
Del otro lado, la ciudadanía disfruta cada irrupción en las estancias, empresas, hangares y depósitos y ya no se contenta con las cabezas de los mandos medios del crimen organizado. Exige la caída de los poderosos padrinos.
Son saludables tiempos incontrolables. Quizá sea tiempo de ajustarse los cinturones. Columna del domingo 6 de marzo 2022.