En este episodio descubrimos una de las verdades más liberadoras de la vida espiritual: Dios ha puesto la santidad al alcance de tus manos. No comienza en obras extraordinarias ni en hazañas heroicas, sino en las tareas ordinarias que ya realizas cada día. A la luz del Tratado II, cap. 2 de Ejercicios de perfección y virtudes cristianas, aprendemos que la santidad es posible aquí y ahora, en tu familia, en tu trabajo, en tu comunidad, en lo que ya vives.
Una invitación sencilla y profunda: haz bien lo que haces… y allí comenzará tu camino de santidad.
