Cuando nuestros pecados quedan expuestos a la luz de Cristo no es para que nos sometamos a vivir bajo las penumbras de ellos, sino para que seas transformados por el Espíritu Santo y aprendamos a vivir a la manera que Dios quiere que lo hagamos.
Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. (2 Timoteo 3:16 [NTV])
Que la gloria del Señor haga resplandecer tu rostro y te guíe por caminos de paz y vida. Amén.