Fueron las tribus toltecas las primeras que construyeron chinampas en los lagos del centro de Mesoamérica. Los mayas ya cultivaban en franjas de terreno tipo chinampas, en las riberas de los ríos, pero no eran terreno ganado al agua.
Las chinampas surgieron desde el principio de la colonización mexica de los lagos de Texcoco, Xochimilco y Chalco, en el siglo XII de nuestra era. Conforme Tenochtitlán creció, también lo hizo el área del lago ocupada por las chinampas.
Muchos de los soldados de Cortés no conocían hasta entonces una ciudad tan grande. Un vistazo a Tenochtitlán pudo haber mostrado un sinnúmero de canoas (unas 60 000 un día de actividad normal) yendo y viniendo desde el centro hasta las márgenes de los lagos y una ciudad con cerca de cincuenta grandes edificios que destacaban por encima de las casas que por lo general eran de un solo piso.
Tenochtitlán estaba cruzada de lado a lado por tres amplias y largas avenidas (calzadas) que se extendían hasta tierra firme: al norte la que iba a Tepeyacac y que iniciaba en la Puerta Cuauhquihuac; al poniente la que iba a Tlacopan (por donde huyeron expulsadas las tropas de Cortés) y que iniciaba fuera del islote en el puente conocido como Chichimecapan (aproximadamente en el cruce de las actuales calles de Hidalgo y paseo de la Reforma); la calzada al sur que iba a Ixtapalapa y que atravesaba la puerta Tepantzinco que la dividía del Templo Mayor, dos acequias, los acueductos de Ahuízotl y Acuecuezcatl a la altura de Acatlan (cerca de la ermita de San Antonio Abad) y salía al lago en Tlamacoyan. Al oriente no existía calzada ya que el límite era el Embarcadero Texcoco, que comunicaba a dicha ciudad con la ribera oriente. Paralelos a estos canales siempre había una amplia calle.