Javier Milei llegó a la política argentina y rompió los esquemas. El economista —según se define— “liberal libertario” logró lo que no lograron otros: colarse entre los espacios hasta ahora dominantes, el peronismo del Frente de Todos y el espacio del expresidente Mauricio Macri, Juntos por el Cambio. Algunas encuestas lo ubican como un candidato competitivo que podría llegar a un balotaje en las próximas elecciones presidenciales de Argentina.
Para comprender el fenómeno reciente de la política argentina, hay que remitirse al origen. Milei cultivó su popularidad rotando en sets de televisión como comentarista económico. Con su estilo vehemente y provocador, rápidamente se volvió un personaje indiscutido del prime time local, y algunos rasgos excéntricos de su personalidad terminaron de impulsarlo al estrellato televisivo.
Algunos ejemplos del estilo de vida que hizo públicos: vive con cinco perros mastín inglés que pesan alrededor de 100 kilos cada uno, de los que dice que son su familia y cuatro de ellos tienen nombres de economistas que admira: Milton (Friedman), Murray (Rothbard), Robert y Lucas (ambos por el nobel estadounidense Robert Lucas). Dijo que, en caso de asumir la presidencia, su hermana Karina podría convertirse en primera dama. Contó prácticas poco convencionales de su intimidad: “Soy profesor de sexo tántrico”.