El rechazo —tanto el sentirlo como el ser rechazado— juega un papel importante en la definición de la identidad de una persona.
Ser consciente de lo que rechazamos puede ayudarnos a entender lo que realmente queremos.
Aunque ser rechazado puede ser desagradables —si obviamos la cuestión del ego— se puede aprender mucho y ampliar la perspectiva.
Las emociones negativas, como el rechazo, pueden ser útiles para aprender quién eres y qué quieres.