- Nada ocurre cuando tienes “todo el tiempo del mundo” o planificas para “algún día”.
- El otro extremo tampoco es agradable. El estrés por llegar a tiempo cuando todo está en contra.
- El resultado se resiente en ambos casos.
- Uno saca lo mejor de sí cuando existe un equilibrio. Ni flexibilidad total ni pasar noches sin dormir.
- Cuando me enfrento a algo por primera vez multiplico por dos el tiempo que creo que me costará.
- Luego se trata de avanzar pequeños pasos cada día y no perder de vista tu objetivo. Ya he hablado de esto en Maestría.
- Todo trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible. Esa es la ley. Y es cierta.
- Solo tienes que echar la vista atrás para darte cuenta de que cuando tenías todas las vacaciones de verano para realizar ese proyecto, este nunca vio la luz.
- Así mismo, cuando pensabas que era imposible finalizar todas esas tareas en un fin de semana, sin saber cómo, pudiste.
- Cada día estoy más convencido del peligro de dividir tu atención. De no decir no a oportunidades interesantes para decir sí a las oportunidades que realmente merecen la pena.
- No solo se trata de producir resultados, sino de disfrutar del proceso. Para eso se requiere tiempo y dedicación continuada.
- Como te comenté hace poco: solo una cosa.