¿Estamos realmente preparados para liderar en una era donde la tecnología y la humanidad convergen de maneras sin precedentes? Esta pregunta resuena profundamente en este contexto donde el verdadero liderazgo se define no solo por habilidades técnicas, sino por una profunda conexión con un propósito claro y definido. Un líder que comprende y se enfoca en su propósito no solo desarrolla una convicción profunda, sino que también obtiene la claridad necesaria para visualizar un futuro deseado. Esta visión se convierte en el activo más valioso del líder, guiando sus decisiones estratégicas y encendiendo una pasión que inspira a otros.