Cada uno de nosotros es el resultado de la unión de esos dos principios espirituales: el amor y la acción. Esa es la verdad en cada uno, el Ser espiritual detrás de cualquier personalidad. Los dos principios de la creación espiritual: masculino y femenino, conforman nuestra indivisible individualidad. De esta unión nace el amor consciente. Ese es amor que tiene todo para hacernos sentir plenos, no un instante, sino toda la vida.
No tenemos porque vivir el amor de forma inconsciente. Dice Gay Hendrick que “hay una esencia espiritual natural y orgánica dentro de ti que puede ser experimentada conscientemente”. Esa es la parte sagrada de cada uno, nuestro primer amor que se habla en el libro de Revelaciones, ese es el Cristo de que hablamos en Unity, ese es el ser único que unió Dios para vivir una vida en plenitud.
Te invito a observar todas tus relaciones, y si las estas viviendo de forma inconsciente, en codependencia, busca la forma de transformarlas clamando por sabiduría en ese proceso de transformación. Nada hay que perder, nada hay que temer, siempre somos bendecidos en amor y en gracia.