Pensar que el cuerpo es la mente, cuando lo relajamos conscientemente, relajamos la mente a la par, cuando cesamos o bajamos la frecuencia cerebral, pareciera que la conciencia del momento presente ocupara su lugar.
Encuéntrate en un momento y lugar donde tu atención no sea presa de las distracciones, recuerda que donde está tu atención estás tú.
Escoge un objeto para centrar tu atención, respiración, sensaciones corporales, sonidos.
Ten en cuenta que las distracciones no están afuera de ti, están en tu propia mente que conduce tu atención al pasado, al futuro, a las preocupaciones, deseos, ansiedades, escases, quejas (estos son los asuntos del ego); cuando medites no sientas rechazo por estos objetos, obsérvalos con neutralidad y sabiduría para distinguir que no son la realidad, sino las ilusiones que tu mente puede crear automáticamente.
Y no te preocupes de obtener conocimiento o alguna autoridad sobre el tema, la práctica te guiará a la comprensión; tampoco te esfuerces por meditar, en cuanto realizas esfuerzo, ya no estás meditando.