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📖 El Salmo 84:1-2 afirma: “¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aún ardientemente desea los atrios de Jehová; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo”

🛐 El salmista anhelaba entrar en la casa de Jehová, expresó un deseo profundo, ardiente, que involucraba su alma, aún su carne y su corazón cantan al Dios vivo; y la traducción del original, es como cuando un niño, un bebé tiene hambre que llora con todos su ser, manos, piernas, gestos faciales, y el llanto, el quejido es con todas sus fuerzas.

🔥 Así anhela con todo su ser estar en la casa de Jehová el salmista, admirar Su hermosura, para contemplar Su santidad, porque allí tiene comunión con el Dios vivo y verdadero. ¡Cuán amables son tus moradas! Su sentimiento al experimentar la presencia de Dios es inexpresable. Oh que el Señor nos diera ese anhelo por su casa.

⏳ Hoy nosotros tenemos acceso a la presencia de Dios, al trono de la gracia, por los méritos redentores de Cristo, ¿anhelamos como el salmista esa relación viva con el Creador? ¿o nos conformamos con unos minutos algunos días de la semana?

🙏🏻 No importa lo que el mundo ofrezca, dinero, fama, prestigio, placer, lo que sea, separados de Dios nada podemos hacer, somos pueblo suyo, ovejas de su prado, Él es un Dios vivo, real, su presencia está con nosotros. El Señor está tan cercano de nosotros como la vid a las ramas, está presente en nosotros como su templo y tan devoto como el pastor a sus ovejas.

🙇🏻‍♀️ Anhelemos su presencia, cultivemos la comunión viva, la relación real con nuestro Señor y Salvador, pues solo así, podremos reflejar su carácter en nuestro diario andar.