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📖 Dice el Salmo 43: “Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa; líbrame de gente impía, y del hombre engañoso e inicuo. Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo? Envía tu luz y tu verdad; estas me guiarán; me conducirán a tu santo monte, y a tus moradas. Entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de mi gozo; y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío. ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío”

🙏🏻 En su aflicción, en medio del abatimiento por la persecución, el salmista reconoce a Dios como su fortaleza, el que guía su camino a través de su verdad, su Palabra, confía en el Señor, que es el Dios de su alegría, porque su gozo es nuestra fortaleza, adora y espera en Él.

🛐 Son innegables los padecimientos de los creyentes, la persecución por causa de Cristo, la enfermedad, las tribulaciones, tentaciones y aún el crisol de la prueba que nos purifica para parecernos cada día más a nuestro Señor, pero...

🙇🏻‍♀️ ...En todas estas circunstancias, por muy oscura que parezca la noche, muy altas las olas de la aflicción en la tormenta ¡CONFÍA! El Dios Soberano está en control y tiene cuidado de sus hijos.