✍🏻 El pueblo de Israel había experimentado la libertad de la esclavitud de Egipto, sin embargo, eran demasiado confiados en sí mismos, al punto de no prestar la más mínima atención, el más mínimo cuidado a sus deseos, cediendo a la tentación, en vez de decir no a sus deseos, se dejaron controlar por ellos. Lo que nos lleva a reflexionar sobre si ¿estamos controlando nuestros deseos o somos gobernados por ellos? Pablo cita diversos episodios de la historia del pueblo de Israel, como ejemplo para nuestra enseñanza:
📌 El primer ejemplo fue la codicia, reseñado en Num 11:4-6. De entre los que salieron de Egipto, habían también extranjeros que se mezclaron con los israelitas, y éstos comenzaron a quejarse del maná y recordaban diciendo que en Egipto comían pescado, melones, pepinos, cebollas, puerros, que querían comer carne; e influyeron en los judíos, quienes desearon lo mismo, rechazando la bendición que Dios había provisto, anhelaron lo que no era la voluntad de Dios para ellos en ese momento. En el caso de los corintios, algunos pensarían que no podían desaprovechar la oportunidad de comprar carne, aunque sacrificada a ídolos, porque era mucho más económica y de la mejor calidad, pasando por alto, menospreciando el amor a los hermanos débiles de conciencia. Y nosotros, ¿qué estamos anhelando fuera de la voluntad de Dios? ¿qué deseo nos puede estar controlando?
📌 El segundo ejemplo es la idolatría, haciendo referencia al becerro de oro que hicieron y adoraron mientras Moisés recibía las tablas de la ley. El pueblo de Israel en reiteradas ocasiones dejaron a Dios y se fueron tras ídolos, incumpliendo el primer mandamiento, y aún, perdiendo el enfoque de su llamado a ser santos como Dios, que los sacó de tierra de servidumbre, es Santo. Los corintios, no sólo se estaban acercando demasiado en su asociación con los ídolos, sino que también, estaban idolatrando su propio conocimientos y derechos. ¿Tenemos nosotros ídolos o nos preservamos realmente para adorar sólo a Dios y servirle sólo a Él? Recordemos que un ídolo es todo aquello que distrae nuestra atención del Creador, de adorarle sólo a Él, de hacer todo para Su gloria y Su honra.
📌 El tercer ejemplo que Pablo presenta es la fornicación. En medio de la idolatría, Israel se rindió a la fornicación, rindieron culto al becerro de oro y se entregaron a la inmoralidad sexual. Los corintios estaban teniendo problemas de inmoralidad sexual y nosotros vivimos en medio de una sociedad hipersexualizada, ¿cómo estamos mostrando la santidad en esta área? Cuando el mundo ofrece y se regocija en la entrega a la lascivia, las fornicaciones, las relaciones entre comillas libres, la pornografía, el adulterio, las relaciones homosexuales, vende como algo normal la masturbación y toda clase de inmoralidades, ¿cómo reflejamos nosotros la integridad y el apego a los principios bíblicos? ¿estamos firmes en nuestras convicciones de santidad?
📌 El cuarto ejemplo, es que tentaron al Señor, se desanimaron, hablaron contra Dios y contra Moisés, en Num 21:4-9, y aún murmuraron contra Dios, que es el quinto ejemplo. Sus corazones estaban enfocados en sí mismos, más preocupados por satisfacer sus deseos y no por la gloria de Dios. Los corintios estaban en una situación similar, no renunciaban a sus derechos por amor a los hermanos, sino que se habían engrandecido. Y nosotros, ¿cómo está nuestro corazón? ¿estamos enfocados en complacernos a nosotros mismos o procuramos diligentemente glorificar a Dios y cumplir su voluntad?
🙌🏻 Cuidemos nuestros deseos, a qué estamos prestando atención, cuáles son realmente nuestras intenciones y motivaciones de nuestro corazón. En una era en la que se promueven la satisfacción de los deseos, la vanagloria y el empoderamiento, cuidemos de no pecar contra nuestro Dios. Pablo enfatiza que estas cosas se escribieron, para que no cometamos los mismos pecados que el pueblo de Israel, sino todo lo contrario, es para nuestro aprendizaje.
🔥 El que crea estar firme,