⁉️ ¿Alguna vez ha sentido hambre y le ha pedido a otro que coma por usted? o tal vez, tiene la oportunidad de viajar por vacaciones, pero le molesta tener que hacer las maletas, así que, ¿envía a otra persona para luego escuchar la experiencia?
❎ Probablemente, la respuesta es una negativa contundente, pues reconocemos que hay cosas que nadie puede hacer por nosotros, pero ¿y qué tal cultivar la vida espiritual, la comunión con Dios?
✝️ Jesucristo, siendo el verbo encarnado, pasaba regularmente tiempo con el Padre, se apartaba para orar y estaba familiarizado con las Escrituras. Cuando fue tentado respondió con un texto bíblico, cuando leyó en la sinagoga supo discernir el cumplimiento de la profecía de Isaías.
🤔 Pero nosotros, ¿Cómo está nuestra comunión con el Padre Celestial? ¿Cuánto tiempo le dedicamos a la oración y estudio de la Palabra de Dios?
⏳ Lamentablemente, muchos llevan una espiritualidad prestada, viven desde la vivencia de alguien más, es como una experiencia espiritual de segunda mano, propensos a ser engañados pues no conocen realmente a Dios.
📖 Stgo 1:25 nos exhorta “Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado”. Seamos intencionales en escudriñar la Palabra para ponerla en práctica y constantes en la oración.
🙇🏻♀️ Si en algún momento ha llevado una espiritualidad prestada, de segunda, decida hoy volver al primer amor con Dios, pues nos rescató por amor, para mostrar a Cristo y sólo lo conseguiremos manteniendo una comunión con Él.