📖 El Salmo 25 es considerado un salmo penitenciario. David inicia clamando por la guía y dirección de Dios, los v4-5 dicen “Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día”. Necesitamos la instrucción de Dios para andar en su verdad, en su buena voluntad agradable y perfecta, para que lo cojo no se salga del camino, sino que podamos caminar cada día de su mano, en su presencia, porque todas sus sendas son misericordia y verdad (v.10).
🛐 El salmista implora el perdón del Señor, reconoce la magnitud de su pecado apelando a su fidelidad, a su piedad y misericordia que son perpetuas (v6). En una oportunidad leí, que el concepto que tenemos acerca de nuestro pecado, está determinado por la comprensión acerca de la santidad de Dios. Él es santo y cualquier forma de pecado es una ofensa que separa al hombre de su Creador. Y David arrepentido reconoce su pecado.
🙏🏻 Hemos de unir nuestras voces y corazones al salmista, humillados pidiendo al Señor que perdone lo grande de nuestro pecado, por amor de su Nombre, por sus bondades y muchas misericordias, porque “la comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto”. Sal 25:14. Que el Señor nos conceda el crecer en temor reverente, en integridad y santidad ante su presencia.
🔥 “Mis ojos están siempre hacia Jehová, porque él sacará mis pies de la red” (v15). Gracias Señor porque más allá de las circunstancias, de que se multipliquen los enemigos, podemos habitar confiados en tu protección, puestos los ojos en Jesús, autor y consumador de nuestra fe.
🙇🏻♀️ Ante un mundo que crece en maldad, necesitamos clamar por la guía y protección divina, reconociendo que solos no podemos, implorando la obra santificadora del Espíritu, siendo favorables a tal obra, humillados ante su presencia, pidiendo perdón, para que “Integridad y rectitud me guarden, porque en ti he esperado" (Sal 25:21).