📖 Con frecuencia asociamos la presencia de Dios únicamente con una experiencia sensorial y emocional, pero cuánto mejor sería nuestra vida cristiana si habitamos, andamos, vivimos en esa presencia. El Salmo 15:1-2 dice “Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿quién morará en tu santo templo? El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón.”
🛐 En otras palabras, el salmista le pregunta a Dios, Señor ¿qué se necesita para morar, para permanecer en tu presencia todo el tiempo? y la respuesta no se hace esperar, el que anda en integridad, hace justicia y habla verdad.
🙏🏻 Es interesante que primero hay que andar en integridad, es decir, vivir, caminar, avanzar en nuestro diario andar en integridad, en rectitud y santidad, en obediencia a Dios y a sus estatutos; para obrar en justicia, en las buenas obras para las que fuimos rescatados. Y como consecuencia, hablar verdad.
🔥 Para habitar en su presencia, es una condición vivir en santidad y comunión con el Señor, para que esa comunión se refleje en el obrar justo y el hablar verdad.
🗣️ Nuestras palabras dicen lo que hay en nuestro corazón, para morar en la presencia de Dios hay que refrenar la lengua. El que no calumnia, no hace chisme (ni siquiera disfrazándolo como motivo de oración), no hace mal al prójimo, menosprecia la maldad y no participa de ella, teme a Dios, ese es el que no resbalará jamás.
🙇🏻♀️ Andemos en integridad, con temor reverente, conscientes de la presencia de Dios cada día, en cada instante de nuestras vidas. Hemos sido salvos por gracia para ser santos, para habitar en su presencia.
