✍🏻 Como siervos de Dios y administradores de la obra que ha encomendado en nuestras manos, nos enfrentaremos a tres juicios:
1️⃣ El primero de ellos, es el juicio de los hombres, y Pablo describe diciendo “yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano”. Aunque parezca que el apóstol era insensible o asocial realmente no es así, más adelante, en la misma epístola, demostrará su sufrimiento por causa del ministerio; pero en estas palabras la enseñanza es que más allá del menosprecio de los Corintios y de los juicios recibidos ante los tribunales humanos, él seguiría siendo fiel a Cristo como obrero que no tiene de qué avergonzarse.
🙌🏻 Todos nos enfrentamos ante este juicio constantemente, y Pablo nos anima a no darle demasiada importancia, pues quien vive para agradar a los hombres, no es siervo de Jesucristo, como dice Ga 1:10. Por supuesto, que si recibimos una exhortación que es para nuestra edificación, para nuestro crecimiento espiritual, debemos recibirlo como de parte de Cristo, pues siendo todos miembros de la familia de la fe, es nuestro deber la mutua edificación en amor.
2️⃣ El segundo juicio es el juicio propio y dice Pablo “ni aun yo me juzgo a mí mismo. Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado”. La tendencia natural es a autojustificarnos, nosotros somos extremistas, o demasiado blandos con nosotros mismos o demasiado duros. Y este juicio es importante hasta cierto punto, pues la conciencia como creyentes debe estar conforme a los preceptos divinos, si ella acusa se debe atender a su llamado de arrepentimiento y ponerse a cuentas con Dios, sin embargo, no es un juicio definitivo, puesto que sólo somos justificados en Cristo, no por nuestros propios argumentos o méritos.
🛐 La autojustificación puede debilitar la conciencia, el rey David pudo ver el pecado en el ejemplo de Natan y juzgarlo, sin darse cuenta que era de él mismo de quien el profeta estaba hablando. Pablo no emitió juicio sobre sí mismo, aunque sí consideró la autoevaluación cuando menciona que no tiene mala conciencia.
3️⃣ El tercer juicio es el de Cristo, y dice “el que me juzga es el Señor”. Todos compareceremos ante el tribunal de Cristo, como creyentes no seremos juzgados por el pecado, puesto que Dios nos limpió y aún hoy nos limpia con la sangre de Cristo derramada en la cruz, pero daremos cuenta por las motivaciones, por la intención del corazón, por la fidelidad a Dios, por como administramos la obra que Dios nos ha encomendado, todo lo que nos ha dado, por los materiales con los que sobreedificamos.
⚖️ La iglesia de Corintios tenía puesta la mirada en los líderes humanos, exaltando a unos y desacreditando a los otros, causando división. Es por esta razón, que Pablo nos exhorta a no juzgar nada antes de tiempo, pues el criterio humano está sesgado por los prejuicios, y la exaltación o condenación prematura causa mucho daño al cuerpo de Cristo. El Juez Justo es Dios, el que mira el corazón, el que discierne los pensamientos y las intenciones, que dará la recompensa, la justa retribución a cada quien.
🙇🏻♀️ Pongámonos a cuentas con el Señor, examinemos nuestro andar con la Palabra de Dios, escudriñemos las Escrituras diariamente, oremos sin cesar; cultivemos la relación, la comunión íntima con nuestro Señor; siendo transformados por el Espíritu Santo, no juzguemos a los demás, si en algo podemos exhortar, edifiquemos en amor; y permanezcamos firmes en la profesión de fe para que seamos hallados fieles.