📖 Nuestro Señor Jesucristo es “Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Is 9:6). Por su carácter, Él tiene paz en sí mismo y nos dice hoy “mi paz os dejo; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”, en Jn 14:27. Compró nuestra paz en la cruz (Col 1:20) para reconciliarnos con el Padre (Ro 5:1).
🙏🏻 El mundo quiere conquistar la paz, pero ella no significa ausencia de problemas o guerras. Algunos pueden incluso comprar tranquilizantes o antidepresivos en una farmacia, pero eso no les va a proporcionar paz. El único que nos puede dar la paz que sobrepasa todo entendimiento es el Príncipe de Paz; aquel que calma las olas embravecidas, que manda y aún el viento y el mar obedecen, que calma la tempestad y dice la Biblia que se hizo grande bonanza.
🤔 Hoy nos podríamos cuestionar ¿por qué no hay paz? si el mundo se esfuerza en procurar la paz ¿por qué no la consigue? Porque el hombre necesita volver su rostro al Príncipe de Paz.
🛐 Sólo el que se allega a Jesucristo puede experimentar la verdadera paz, la confianza plena de que Él está en control, por muy difícil que pueda ser la tormenta, muy grande la tempestad. En Cristo, nuestro corazón puede permanecer en calma, en gran bonanza a pesar de la situación, porque la paz no cambia las circunstancias, pero cambia el carácter.
🙇🏻♀️ El Príncipe de Paz, el Verbo de Dios se encarnó, nació en el pesebre, creció, murió en la cruz, resucitó al tercer día, para que vivamos en Él, para rescatarnos del pecado y llenar nuestro corazón con su paz.