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🌾 Jesús en la parábola del sembrador, en Mt 13:1-9, comparó el corazón del ser humano con el terreno y la Palabra de Dios con la semilla; y aquí el apóstol Pablo le dice a los Corintios, vosotros sois labranza de Dios, es decir, el cultivo, el campo, la granja de Dios, llevando la enseñanza de Jesús al contexto de la iglesia local, que debe dar fruto; y el trabajo de los siervos de Dios es sembrar y regar la semilla de la Palabra de Dios.

✍🏻 Pablo había exhortado a la iglesia en Corinto sobre la inmadurez espiritual, al persistir en celos, contiendas, divisiones, comparaciones, se estaban comportando como niños en Cristo. Porque Pablo, Apolos y Pedro eran siervos del Señor, instrumentos que Dios utilizó para sembrar y regar la semilla, de acuerdo con lo que a cada uno concedió el Señor, pero el crecimiento lo ha dado Dios. El énfasis está en Dios no en los obreros.

🙇🏻‍♂️ Hoy, este trabajo de labranza, de sembrar la semilla, y de regar y cuidar el terreno, está a cargo de los pastores, maestros, líderes de la iglesia local, de los misioneros alrededor del mundo; la tarea no es de una sola persona, hay diversos roles, pero todos trabajamos con el mismo propósito, glorificar a Dios, quien da el crecimiento por su soberana voluntad.

👀 La mirada, la vista siempre debe estar enfocada en Cristo, no en los obreros, porque somos sólo colaboradores; y gracias al Señor por el privilegio, por el que dicho sea de paso daremos cuenta y seremos recompensados de acuerdo a la obra realizada.

🙌🏻 Y es interesante que Pablo recalca que tanto el que siembra como el que riega son una misma cosa, a pesar de la diferencia de funciones se necesitan mutuamente. La iglesia en Corinto se había envanecido creyendo que unos eran mejores o superiores que los otros, pero la verdad es que el que siembra la semilla necesita del que riega, y el que riega del que siembra, de lo contrario el trabajo sería en vano, y tanto uno como el otro trabajan para el mismo Señor, de quien depende el crecimiento.

🕊️ Y Dios está interesado en que llevemos fruto, que como campo crezcamos, produzcamos, evidenciamos el fruto del Espíritu en nuestras vidas, que es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza, que podamos ser diligentes en el servicio en su obra, de acuerdo a los dones y talentos que de Él hemos recibido, para las buenas obras para las que fuimos creados, y por supuesto, que crezcamos en santidad y obediencia a su Palabra.

🙇🏻‍♀️ Seamos intencionales en la búsqueda de Dios, en oración, escudriñando su Palabra, permitamos la obra transformadora del Espíritu para que podamos llevar fruto, viviendo para la gloria de Dios, en una genuina adoración en espíritu y en verdad.