Hoy es nuestro capítulo 20 y empezamos con una frase contundente:
Cuando por fin destruyas las cadenas del “como siempre” habrás sido capaz de crear un nuevo yo.
¿Qué quiere decir todo ello? ¿Os habéis visto en la situación de caer siempre en los mismos errores? ¿De repetir patrones? ¿De sentiros como unos ratones dentro de una rueda de plástico que siempre da el mismo giro, infinitas vueltas, rotundos círculos de 360 grados y vuelta a empezar, que nos aturden, que nos ponen en automático, que nos hacen comportarnos igual, en iguales situaciones con distintos contextos?
Hasta que un hombre que ha soportado treinta años de maltrato laboral se planta delante de su supervisor y dice Basta, hasta que esa arquitecta a la que se ha dejado robar el prestigio, la creatividad y los contratos, se planta en una reunión y con toda serenidad dice Basta, hasta que esa chica que es capaz de confiar en el ser humano, de ilusionarse en cada cita, y después de cuatro besos y una inexplicable desaparición de su amante bandido dice Basta, cuando esa madre sometida a los gritos y vejaciones de su hijo mayor dice basta, cuando ese hermano que siempre ha estado ahí, ha sido paño de lágrimas, cuenta corriente, colchón, comida, hogar y alma dice Basta. Cuando esa amiga que siempre sonríe, que siempre defiende, que siempre apoya, que siempre es Clínex en el desconsuelo y trompeta en las fiestas dice Basta. ¿Os suena de algo todo ello? Porque las barreras, los límites, las marcaciones, las líneas del respeto, de lo que soy y lo que quiero, las construimos momento a momento, experiencia repetida una y mil veces, corriendo muy rápido y a máxima potencia dentro de esa rueda de ratón que un día decidimos parar con un simple BASTA, con otra acción, otro comportamiento que sorprende a todos los que hasta ahora tenían una concepción determinada sobre nuestra persona, y sobre todo nos sorprende a nosotros mismos. ¿Cómo sacamos esa fuerza? ¿Cómo tener el poder de sobreponerse a lo eternamente conocido? ¿Cómo darle leña al fuego de la voluntad? Con cinco sencillas y simples letras que interconectadas hablan de un BASTA.
Además de este determinado BASTA, narramos la historia de Sonia y su abuela Lucía; ...Para muestra, un anillo. Y es que hay miles de formas de expresar sentimientos sin palabras, con gestos cotidianos de camino a una mercería.
¿Te lo vas a perder?