Las semanas maracas son aquellas donde un lunes estás de cena con amigos, un martes un familiar importante tiene un accidente, un miércoles, jueves y viernes tu vida se paraliza y te internas en la idiosincrasia de un hospital. Todo parece superarte, y solo el cansancio se va colgando de tus articulaciones hasta reducirte a ojeras y a organismo contaminado por el delicioso café de las máquinas de las salas de espera. El sábado puedes volar hasta la juvenil, cultural y divertida Ámsterdam y el domingo regresas desconcertada de un cóctel molotov que solo se pronuncia a través de tu talón de Aquiles.
Una semana de sentimientos encontrados, de frustración, miedo, alegría y esperanza y entre medio de tanta emoción el ser testigo de una historia donde la generosidad se regala porque sí, donde no necesita moneda de cambio. La historia de Gloria que sin ser nadie lo es todo para Martina.
Y cerramos este capítulo con la leyenda de la caja de Pandora, solo la esperanza podía ser nuestra única herramienta para seguir manteniendo la sonrisa a una vida, divertida, caótica, dura y sorprendente.
