«Siéntate. Inhala. Exhala.
El arma esperará. El lago esperará.
La sustancia amarga en el pequeño hermoso frasco esperará: podrá esperar una semana y esperará todo abril.
No tienes que morir este día.
La muerte permanecerá.
Te aseguro que la muerte esperará. La muerte tiene todo el tiempo.
La muerte puede atenderte mañana o la próxima semana.
La muerte está justo en esta calle o un poco más allá; y es la vecina
más complaciente, está lista para encontrarte a cada instante.
No necesitas morir hoy. Quédate aquí un poco –pese al despecho, y el desánimo y el dolor.
Espera a ver lo que depara el mañana.
En las tumbas no crecen hierbas que te sirvan.
Recuerda, el verde es tu color. Eres la primavera».