A los 8 años, Andrea conoce a un chico del barrio. Se hacen amigos, se gustan. A los 14 años se ponen de novios. Sienten un gran amor, como si hubieran estado predestinados a encontrarse.
Pero poco tiempo después, una amiga le dice a Andrea que su novio la engañaba con otra. Andrea decide poner punto final a la relación.
Ella sigue con su vida: conoce a otro chico y empieza una nueva relación. El vínculo con su primer gran amor nunca se corta: siguen en contacto, conversan, pero no pasa más que eso.
Ella se casa, sin desearlo realmente. Tiene tres hijos, forma su familia. Pero no puede ser feliz: se tortura por ese gran amor que no pudo ser.