Un arquitecto casado y con dos hijos, al cumplir 50 años siente la necesidad de estar con otras mujeres. Para no involucrarse afectivamente y poner en riesgo a su matrimonio solo sale con prostitutas. Tiempo después, conoce a una persona trans y tienen sexo. Siguen viéndose, hasta que llega un punto en que se da cuenta de que se está enamorando.
Él, un arquitecto exitoso con una familia modelo, enamorado de una persona trans.
Piensa que todo lo que construyó durante tantos años está por derrumbarse como un castillo de naipes: perder su familia, su reputación, su trabajo.
En su terapia, vuelca esta angustia con su analista y le dice: “¿Usted no me puede ayudar a volver a ser heterosexual?”.
La cruda respuesta del analista lo descoloca.
Te invito a que escuches esta historia que habla de nuestra constante búsqueda del “Bienestar” como forma de negar la “Verdad”.