Después de años de ser muy glotón, voraz con la comida, descubro el libro “La antidieta”. Un libro que era un manifiesto a favor de ser vegetarianos y que me marca profundamente.
De un día para otro me convierto en crudovegano (como solo frutas y verduras crudas), y en solo dos meses pierdo 15 kilos: quedo en piel y huesos.
Mi obsesión por comer perfecto deriva en un trastorno alimenticio denominado ortorexia. Y, peligrosamente, voy de un polo a otro: períodos de tiempo donde como “sano” y breves momentos de transgresión donde me doy terribles atracones.
Sin poder salir de ese peligroso ciclo de adicción, me hice a la idea de que iba a morir.
Esta vez te invito a escuchar mi historia, la historia de mi adicción a la comida.