Una gran parte de nuestra vida la pasamos en la escuela, por eso no es poco común encontrar una nueva familia dentro de la misma. Algunos somos sumamente afortunados por encontrar buenos amigos, que serán nuestros compañeros de aventuras durante el resto de nuestra existencia. Esta transición entre la juventud y la adultez es uno de los mejores momentos para diferenciar entre buenas y malas amistades, y para aprender las responsabilidades que una amistad verdadera conlleva.