Listen

Description

La historia nos muestra la actividad de Dios para lograr sus propósitos extraordinarios. Cuando Dios decide manifestarse con poder, espero que usted valore la importancia de ser hijo de Dios en medio de la historia.

No podemos ocuparnos de nuestros asuntos como siempre y seguir simultáneamente a Dios.

Jesús dijo: "Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará" (Juan 12:26).

Se trata de un mandamiento; no es una opción ni una observación. Si somos sus siervos, nuestra primera prioridad es buscarlo a Él y su voluntad para nosotros.

En Mateo 6:33, Jesús dice: "Mas buscad primeramente el reino de Dios [el gobierno de Dios, el cumplimiento activo de los propósitos y los caminos de Dios] y su justicia".

El que camine con Dios en santidad y justicia... verá a Dios. Una persona que no camina en santidad jamás podrá ver el gobierno y el reino de Dios ni podrá responder a ello.

Una crisis de Fe

No toda crisis es una crisis de fe, ni toda crisis de fe se origina en una situación de crisis.

Esas dos experiencias no necesariamente se relacionan. Hay, por cierto, situaciones de crisis en que Dios prueba nuestra fe y prueba si creeremos que Él nos cuidará.

Sin embargo, en otras ocasiones, podría ser sencillamente que un pasaje bíblico nos exhorta a obedecer a Dios, a cambiar nuestro modo de vida o a reorientar nuestros pensamientos hacia Él.

Esos momentos decisivos a menudo exigen alguna clase de sacrificio. Pero la mayor crisis no consiste en que no conozcamos la voluntad de Dios, sino en que la conozcamos, pero elijamos no obedecerla.

Cuando conocemos la voluntad de Dios y la pasamos por alto o la posponemos, estamos quebrantando mandamientos.

Demostramos que no amamos a Dios con todo el corazón, la mente, el alma y las fuerzas.

Demostramos que estamos escuchando otras voces y que les damos prioridad sobre la voz de Dios.

Demostramos que es posible que haya ídolos en nuestra vida, a los cuales dedicamos nuestra devoción. Y tomamos en vano el nombre de Dios al llamarlo Señor cuando, en realidad, Él no es nuestro Señor, porque si lo fuera, lo obedeceríamos de inmediato.

La idolatría también consiste en hacernos una idea de Dios con las características que deseamos que tenga, y luego invocar al dios que hemos creado. "No creo que Dios desee que yo sufra". "No creo que Dios permita que me suceda nada negativo porque es un Dios de amor". "Dios desea que yo tenga éxito; no me pediría que abandone esto para seguirlo".