¡Hola! Soy Gloria Cano y la invitación de esta semana, en nuestro episodio 103 de #ParayRespira, es: Suspira y alivia tu estrés.
Algunos de ustedes recordarán nuestro episodio 22 titulado Suspira y vive mejor, allí explicamos la importancia de los suspiros para nuestra función pulmonar y sus muchos beneficios inmediatos:
Un suspiro:
· Relaja
· Disminuye el estrés
· Mejora el estado de ánimo
· Aumenta el bienestar emocional
· Nos ayuda a tomar conciencia del aquí y el ahora
· Facilita la concentración
· Permite soltar la carga negativa que vamos acumulando a lo largo del día
· Abre los alvéolos y podemos obtener más oxígeno, por lo que -literalmente- ¡nos ayuda a vivir!
Hoy vamos a practicar el suspiro cíclico o suspiro fisiológico cíclico, que es una técnica muy potente para aliviar el estrés y además mejora la capacidad pulmonar.
Uno de los popularizadores de este método para controlar el estrés es el neurólogo Andrew Huberman, de Stanford, que junto con el psiquiatra David Spiegel están estudiando los efectos de distintos tipos de respiración en el estado mental de las personas.
El suspiro fisiológico cíclico (que consiste en suspirar con esta técnica varias veces seguidas) también se ha utilizado con éxito para mejorar la oxigenación en pacientes que sufren de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica).
Veamos un poco qué es lo que sucede: Cuando estamos alterados nuestro organismo está intentando conseguir más oxígeno de la respiración, por eso tendemos a respirar más rápido y más superficialmente; pero resulta que el mecanismo contrario también funciona.
Paradójicamente, si damos un poco menos de oxígeno a nuestro cerebro, nuestro cerebro se calma. En condiciones normales, el sistema nervioso detecta esta reducción en el oxígeno, como un aumento de la concentración de CO2 en la sangre. El CO2 es una señal de alarma que indica que necesitamos respirar más rápido. Pero si respiramos lentamente, suprimimos esta señal de alarma. Podemos imaginar a nuestro cerebro teniendo este diálogo interno: “si hay menos oxígeno en circulación, debe ser que no lo necesitamos, así que el peligro ha pasado”.
El suspiro fisiológico es una técnica muy efectiva para lograr este estado de calma.
La secuencia de esta técnica es la siguiente:
· Hacer una inhalación por la nariz.
· Hacer una segunda inhalación más corta.
· Inmediatamente después hacer una exhalación larga por la boca.
· Respirar de esta forma durante unos minutos.
La exhalación se puede acompañar de una vocalización, como por ejemplo “ahhhh”, si las circunstancias lo permiten. Curiosamente, este es el ritmo de la respiración de una persona que está sollozando, que aparece de forma natural para controlar su malestar, y también se ha detectado de forma espontánea en personas claustrofóbicas que intentan calmarse, así como durante el sueño.
¡Anímate a suspirar conmigo!
Comencemos…
Inhala por la nariz, ahora una segunda inhalación más corta y …. Exhala largo por la boca ahhhhhh
Inhala por la nariz, ahora una segunda inhalación más corta y …. Exhala largo por la boca ahhhhhh
Inhala por la nariz, ahora una segunda inhalación más corta y …. Exhala largo por la boca ahhhhhh
Inhala por la nariz, ahora una segunda inhalación más corta y …. Exhala largo por la boca ahhhhhh
Inhala por la nariz, ahora una segunda inhalación más corta y …. Exhala largo por la boca ahhhhhh