Hola, soy Gloria Cano y te doy la bienvenida al episodio 160 de #ParayRespira.
Esta es una práctica para explorar cómo se siente tu respiración, qué le gusta hacer, cómo fluye a través de ti. No existe una guía específica sobre cómo se supone que debes respirar o no.
Simplemente vas a aprovechar tu propia guía interior y sintonizarte con cómo fluye tu respiración cuando la dejas fluir lo más libremente posible, para que, con eso en mente, adoptes la postura que te resulte mejor para ayudarte a respirar más libremente.
Así que, regálate unos minutos y practica conmigo...
¡Comencemos!
Confía en lo que tu cuerpo quiere y necesita.
Para muchos, la postura que mejor ayuda a respirar, es una postura en la que estás sentado con la espalda recta y ambos pies en el piso, pero si eso no es lo que tu cuerpo quiere hoy, confía en tu cuerpo y ponte en la postura más cómoda para ti en este momento.
Cuando estés listo(a), cierra los ojos suavemente y comienza a llevar tu atención hacia tu interior.
Sintoniza con tu respiración y siente curiosidad mientras exploras lo que hace: ¿cómo fluye? ¿cómo se siente? ¿Qué músculos se activan al inhalar?
Permite que tu estómago se afloje para que pueda expandirse.
¿Sientes un estiramiento en la caja torácica y cuándo exhalas notas una sensación de liberación, calor o contracción?
Observa lo que sucede cuando dejas que la respiración se mueva como quiera sin controlarla, sin tratar de ajustarla, sino simplemente estando en completa armonía con lo que ella quiere.
Quizás algunas respiraciones deseen sentirse muy profundas y ricas, mientras que otras respiraciones deseen sentirse más superficiales y fáciles. Déjalas fluir como quieran, fluir siendo curioso y observador mientras miras y permites.
Durante todo el transcurso de esta práctica, te conviertes en el(la) observador(a) y el(la) que permite tu respiración. Dejando que tu respiración sea lo que quiera ser.
Si en algún momento encuentras que tu mente divaga, simplemente regresa tu atención a tu respiración mientras permites que la respiración sea lo que quiera ser.
Incluso puedes notar que a veces deseas exhalar por la boca en lugar de hacerlo por tu nariz.
Nuevamente, confía y permite sin restricciones, dándole a tu respiración total libertad para ser lo que desee ser.
Te dejaré por unos momentos para que disfrutes de la liberación de tu respiración.
Ahora, en tu próxima respiración, permítete respirar profundamente con el estómago y la caja torácica completamente expandidos.
Conteniendo la respiración momentáneamente cuando alcances la cima y cuando estés listo(a) exhala con un suspiro. Ahhhhhh!
Ahora, después de esa respiración regresa al ritmo que te sienta bien, mientras te sientes agradecido(a) contigo mismo(a) por hacer esto y gratitud con tu respiración por su alimento.
Cuando estés listo(a) empieza a mover los dedos de las manos y de los pies.
Gira los hombros suavemente y abre los ojos nuevamente al mundo que te rodea.
¡Terminamos!
Recuerda que puedes realizar este ejercicio varias veces al día, en cualquier momento y lugar.
¡Gracias por practicar conmigo! Y recuerda que estoy atenta a tus comentarios y sugerencias sobre la práctica.