Hola, soy Gloria Cano tu coach de respiración y te doy la bienvenida al episodio 184 de #ParayRespira.
Este ejercicio está inspirado en una reflexión del maestro budista vietnamita Thich Nhat Hanh, (Thay para sus estudiantes) sobre cómo concentrarnos y vivir más libremente.
Así que, regálate unos minutos y practica conmigo...
¡Comencemos!
Como su nombre lo indica esta práctica se trata de caminar libre y conscientemente. Por lo que te pido que la hagas en un lugar tranquilo, puede ser en la naturaleza o dentro de un lugar cerrado, lo importante es que puedas dar unos cuantos pasos libremente.
Comienza a caminar y nota tu respiración, fíjate cómo se mueve tu cuerpo al inhalar y cómo se mueve al exhalar. No tienes que hacer nada, sólo observa el movimiento de tu respiración y de tu cuerpo al caminar.
Fíjate si estás respirando por tu nariz o si respiras por la boca…
Si estás respirando por la nariz, fíjate cómo el aire es más frío cuando inhalas y más cálido cuando exhalas…
Ahora, sigue respirando a tu ritmo, notando tu respiración y tu andar, mientras caminamos juntos con el mensaje del maestro Thay:
“La paz, la felicidad y la hermandad se hacen realidad si sabemos cómo vivir nuestra vida diaria con plena consciencia y concentración. Invierte el cien por ciento de ti en la caminata. Hazte consciente de cada paso. Eres tú quien está andando conscientemente. Tus preocupaciones habituales y formas de pensar no son las que te están llevando. Tú tienes la soberanía. Tú eres quien decide. Estás andando porque quieres hacerlo, en cada paso tú tienes la libertad. Das cada paso con un propósito, cada paso consciente te pone en contacto con las maravillas de la vida que se encuentran disponibles en el aquí y el ahora.
Mientras andas, deja que tus pasos sigan el ritmo de tu respiración. Que tu respiración sea natural. Inhalando, si tus pulmones necesitan dos pasos, da dos pasos; si tus pulmones desean tres pasos, entonces da tres pasos. Al exhalar puede ser que quieras dar dos o más pasos que los que diste al inhalar. Escucha a tus pulmones. Aun si tu entorno está lleno de ruido y agitación, todavía puedes andar al ritmo de tu respiración. Aun dentro de la conmoción de una gran ciudad, puedes caminar con paz, felicidad y una sonrisa interna. Disfruta cada paso.
¡Terminamos! Sigue respirando con tu ritmo habitual… regálate un momento para reintegrarte a tu entorno.
¡Gracias por practicar conmigo! Y recuerda que estoy atenta a tus comentarios y sugerencias sobre la práctica.
Música: