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Hoy comparto contigo, con mucha alegría, el episodio #24 de Para y Respira.

Esto significa que llevamos 6 meses respirando juntos y aprendiendo nuevas cosas sobre la respiración; esta maravillosa y potente herramienta que tenemos a la mano literalmente desde el inicio hasta el final de nuestra vida.

No importa que tan pequeños o grandes seamos, la respiración nos acompaña en todo momento y, si logramos fijar nuestra atención en ella, podremos lograr un mayor bienestar más allá de las situaciones puntuales que la vida nos ponga enfrente.

En este último episodio de esta primera serie te invito a practicar la Respiración Alterna.

La respiración alterna de las fosas nasales nos centra y nos ayuda a cultivar un sentido de ecuanimidad.

La neurociencia vincula las fosas nasales derecha e izquierda con la actividad del hemisferio cerebral izquierdo y derecho, respectivamente.  Como lo vimos en otros episodios, el hemisferio izquierdo del cerebro, asociado con el Sistema Nervioso Simpático, es responsable de la percepción intelectual y la resolución lógica de problemas, mientras que el hemisferio derecho está asociado con el Sistema Nervioso Parasimpático y es responsable de la intuición y la creatividad.

Esta técnica de respiración alterna es muy versátil. Puede promover la claridad, lo que puede ser beneficioso para las actividades diurnas, pero es lo suficientemente fácil como para practicarla por la noche antes de acostarse.

A menudo, una fosa nasal está más congestionada que la otra, generalmente debido a la inflamación alterna del tejido eréctil en los cornetes.  También es posible que las personas con un tabique desviado puedan experimentar una alteración de este ritmo que prioriza crónicamente una fosa nasal; pero recuerden que, en general, el predominio de las fosas nasales se autorregula cada 90-120 minutos, haciendo que respiremos de forma alternada por una fosa o la otra, sin ser conscientes de esto.

Comencemos…

Como lo hemos hecho en otros ejercicios, si puedes siéntate cómodamente y separa tu espalda del respaldo de la silla.  Pon ambos pies en el piso, sin cruzar tus piernas.  Cierra tus ojos. Relaja tus hombros. Relaja tu mandíbula. Relaja completamente tus manos.

Vamos a hacer 3 respiraciones largas y profundas tomando y soltando el aire por la nariz.  Empecemos:

Inhala…. Nota cómo tu abdomen se expande.  Exhala … Nota cómo tu abdomen se contrae

Inhala…. Nota cómo tu abdomen se expande.  Exhala … Nota cómo tu abdomen se contrae

Inhala…. Nota cómo tu abdomen se expande.   Exhala … Nota cómo tu abdomen se contrae

Ahora levanta la mano derecha y dobla los dedos índice y medio hacia la palma.

Con el pulgar de la mano derecha, cierra la fosa nasal derecha para que no pase el aire. Exhala por la fosa nasal izquierda. Inhala larga y suavemente por la fosa nasal izquierda. Cuando tus pulmones estén llenos, usa tu dedo anular para cerrar la fosa nasal izquierda, separa el pulgar y exhala por la fosa nasal derecha.

Inhala larga y suavemente por la fosa nasal derecha. Y cuando tus pulmones estén llenos, usa el pulgar para cerrar la fosa nasal derecha, separa el dedo anular para destapar la fosa izquierda y exhalar por ella.

Continúa alternando las fosas nasales después de cada inhalación. Si en algún momento de la práctica comienzas a sentirte agitado(a), frustrado(a) o con dificultad para respirar, simplemente detente para descansar. Toma algunas respiraciones largas de recuperación y entonces empieza de nuevo.

Ahora vamos a practicar haciendo una ronda de 8 respiraciones alternas…

Inhala y tapa la fosa izquierda. Exhala por la fosa derecha.  Inhala y tapa la fosa derecha. Exhala por la fosa izquierda...