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Hola, soy Gloria Cano y esta semana en nuestro episodio 78 de #ParayRespiravamos a respirar y entender la presencia.

En este episodio vamos a dar respuesta a unas consultas sobre ¿Qué es la Presencia? ¿Cómo se que estoy presente? y ¿Qué puedo hacer para estar más presente y conectarme con lo que estoy haciendo?

Y es que la Presencia y el Estar Presentes tienen que ver fundamentalmente con nuestra disposición para realizar las acciones cotidianas, y para hacerlo, te invito a considerar tres elementos: la Intención, la Atención y la Emoción.

Cuando estamos presentes sentimos que la vida fluye, que el tiempo rinde, que nuestra energía aumenta y estamos de mejor ánimo y nos sentimos en bien-estar.

Esto sucede porque la presencia tiene que ver con la consistencia entre lo que pienso, lo que siento y lo que hago… es algo que hemos vivido muchas veces desde nuestra niñez, cuando nos entregamos en cuerpo y alma a una actividad, sea cual sea: jugar, comer, saltar, correr, cantar, pintar, pasear, trabajar, escuchar, bailar, dormir, descansar, etc.

En cambio, cuando no estamos presentes somos más propensos a salir dañados física, mental, emocional o espiritualmente y nuestra falta de presencia puede dañar a otros también. Porque es el descuido el que hace daño a la gente. Y cuando hablo de descuido hablo de aquellas situaciones en las que hacemos cosas sólo con una parte de nuestra mente o de nuestro corazón, “por cumplir” y así es como suceden los accidentes, y podemos hacernos daño o dañar a otros.

Por eso esta semana vamos a retomar una práctica sencilla pero potente que hicimos en el Episodio 50 llamado Respirar y Estar presentes. Esta práctica nos será útil en muchas situaciones en las que es fundamental Estar presentes, “en la jugada” (con toda nuestra mente, nuestro corazón, nuestra voluntad).

Comencemos…

Si puedes siéntate cómodamente y separa tu espalda del respaldo de la silla. Cierra los ojos, excepto si estás conduciendo, manejando maquinaria o cuidando de algo o alguien que requiere tu atención y vigilancia. Pon ambos pies en el piso y siéntelos firmemente apoyados en el suelo. Revisa cómo están tus hombros, fíjate que estén relajados y lejos de tus orejas; revisa cómo está tu espalda, que esté recta pero en una postura cómoda. Revisa tu mandíbula, que no estés apretando los dientes, revisa cómo están tus manos y ponlas suavemente sobre tus muslos.

Lleva tu atención a tu respiración. Vamos a hacer 3 respiraciones profundas tomando y soltando el aire por la nariz,

tomamos el aire y el abdomen se expande… soltamos el aire y el abdomen se contrae…

tomamos el aire y el abdomen se expande… soltamos el aire y el abdomen se contrae…

tomamos el aire y el abdomen se expande… soltamos el aire y el abdomen se contrae…

Ahora lleva tu atención a los dedos de tus pies, y muévelos mientras sigues respirando lenta y profundamente por la nariz…

Toma el aire y conscientemente mueve los dedos de los pies, ahora suelta el aire…

Toma el aire y conscientemente mueve los dedos de los pies, ahora suelta el aire…

Toma el aire y conscientemente mueve los dedos de los pies, ahora suelta el aire…

Sigue respirando y nota el espacio que ocupas justo en este momento, ese es tu lugar en el mundo, es allí donde estás presente y al mover los dedos de tus pies siente cómo la tierra te acoge y te permite estar firme sobre ella.

Ahora recuerda que la presencia tiene que ver con: Nuestra intención, Nuestra Atención y Nuestra Emoción…

Hagamos unas respiraciones más sintiendo nuestro lugar en este momento, con nuestros pies firmes en el piso.

Va la primera…

Toma el aire por la nariz y mientras mueves los dedos de los pies pregúntate:

¿Cuál es mi intención al hacer esto? ¿Qué estoy pensando al hacerlo?

Exhala y pregúntate: ¿Qué estoy sintiendo con lo que hago?