Hola, soy Gloria Cano y te doy la bienvenida al episodio 80 de #ParayRespira.
Esta semana vamos a respirar y sentir la naturaleza en cualquier lugar en el que estemos. Un ejercicio inspirado en la práctica que propone Dacher Keltner en el podcast Happines Break de la Universidad de Berkeley.
Esencialmente, esta práctica te pide que te tomes unos minutos para apreciar el mundo natural en cualquier forma que te rodee y que te des cuenta de cómo te hace sentir. Pues hay muchas investigaciones científicas que muestran que sólo un pequeño estallido de la naturaleza, sólo el observar la naturaleza, te hace sentir emociones positivas como asombro e inspiración, y te hace más altruista y amable. Te da una sensación de interconexión y reduce nuestros sentimientos de soledad. Estos científicos descubrieron en su laboratorio que incluso los videos de la naturaleza pueden llevarnos a ver más puntos en común con personas que son diferentes a nosotros.
Así que la naturaleza es uno de los grandes antídotos contra las luchas de nuestro tiempo. Y ciertamente puedes guardar esta práctica para probar en algún lugar especial, pero te invito a que puedas hacerlo ahora mismo y encontrar belleza en la naturaleza donde sea que estés.
Comencemos…
Para comenzar, busca un lugar donde puedas concentrarte en el entorno natural. Tal vez sea tu patio, terraza o jardín, o tal vez hay un buen paseo que te gusta dar. O tal vez sea un árbol en la calle afuera de tu ventana, donde puedes enfocar tu mirada.
Siéntete libre de pausar esta práctica por un momento si necesitas encontrar el espacio natural adecuado para ti. Cuando estés listo/a, comenzaremos simplemente respirando lenta y profundamente.
Es posible que desees cerrar los ojos por un momento o suavizar la mirada.
Vamos a hacer 3 respiraciones profundas tomando y soltando el aire por la nariz,
tomamos el aire y el abdomen se expande… soltamos el aire y el abdomen se contrae…
tomamos el aire y el abdomen se expande… soltamos el aire y el abdomen se contrae…
tomamos el aire y el abdomen se expande… soltamos el aire y el abdomen se contrae…
Sigue respirando lenta y profundamente por la nariz…
Es posible que sientas aire moviéndose a través de tu garganta, fosas nasales y sobre tu labio. Y si cerraste los ojos, comienza a abrirlos.
Deja que tu respiración comience a establecerse en su ritmo natural. Y cuando estés listo/a, comienza a mirar a tu alrededor. Si usas audífonos, es posible que desees quitarte uno aquí para no perderte los sonidos naturales que te rodean.
Mientras respiras, simplemente deja que tus ojos deambulen lentamente por tu entorno, las plantas, los animales y los insectos. Permítete sentir curiosidad por cualquier cosa que te llame la atención y te conmueva.
Descansa tu conciencia allí. Toma una pausa para apreciarlo y deja que capte tu atención por unos momentos. Y mientras respiras conscientemente y pasas este tiempo apreciando la naturaleza que te rodea, comienza a ser consciente de tus emociones.
¿Cómo te sientes? Cuando algo que ves te evoca una emoción, tómale una foto mentalmente, acéptalo de verdad. ¿Qué te cautivó? ¿Qué te hizo sentir?
Toma nota mental de ello o escríbelo en unas pocas palabras u oraciones.
Sigue respirando, deja que tu mirada divague nuevamente, repitiendo estos pasos. ¿Qué te llama la atención? Tómate un momento para apreciar lo que sea y observa cómo te hace sentir. Terminamos… ¿Cómo te sientes?
Este poder maravilloso de la naturaleza siempre está a nuestro alrededor. Simplemente toma un momento para mirar el cielo o las nubes o la luz cambiante del día, o los patrones de movimiento de las hojas y los árboles, las flores...