Hola, soy Gloria Cano y te doy la bienvenida al episodio 89 de #ParayRespira.
Esta semana, #RESPIRA EN VEZ DE QUEJARTE, y es que para muchas personas quejarse es una forma de vivir, de lidiar con los distintos asuntos y obtener una pequeña gratificación al expresar su inconformidad y su descontento por cómo son las cosas; pero como nos lo recuerda Nietzsche “El quejarse no sirve absolutamente para nada”; especialmente si la queja va a quedar ahí, como un comentario o reclamo por algo que nos molesta.
El asunto es más amplio; porque para que la queja sea efectiva necesitamos actuar en consecuencia, o sea, ¿Cuál es la Acción que haremos inmediatamente después de quejarnos?; ¿Usaremos nuestros recursos para cambiar la situación? ¿Nos estamos quejando frente a quienes tienen la capacidad de ajustar el proceso o responder por lo que nos molesta? O ¿simplemente vamos por ahí quejándonos de todo y de paso haciéndole la vida más pesada a quienes nos rodean?
Porque lo que he visto es una de estas 2 cosas: o estamos tan acostumbrados a quejarnos que ya no nos damos cuenta que vivimos en la queja o, muy posiblemente, conocemos a alguien que vive en la queja.
Y en este episodio de #ParayRespira la invitación es a cambiar la queja por otra acción; simplemente respira en vez de quejarte y agradece por lo que si está bien.
Así como lo oyes, vamos a usar la respiración como herramienta para superar la queja y avanzar hacia la gratitud.
Comencemos…
Este ejercicio puedes hacerlo sentado con los ojos cerrados, o también puedes elegir hacerlo caminando o de pie en algún lugar.
Si elegiste sentarte, separa tu espalda del respaldo de la silla. Cierra los ojos. Pon ambos pies en el piso y siéntelos firmemente apoyados en el suelo.
Revisa cómo están tus hombros; revisa cómo está tu espalda. Revisa tu mandíbula, que no estés apretando los dientes, revisa cómo están tus manos y ponlas suavemente sobre tus muslos.
Vamos a hacer 3 respiraciones profundas tomando y soltando el aire por la nariz,
tomamos el aire y el abdomen se expande… soltamos el aire y el abdomen se contrae…
tomamos el aire y el abdomen se expande… soltamos el aire y el abdomen se contrae…
tomamos el aire y el abdomen se expande… soltamos el aire y el abdomen se contrae…
Sigue respirando lenta y profundamente a tu ritmo.
Recuerda una experiencia o situación donde te quejaste o cuando alguna persona se quejaba ante ti aunque tu no tenías cómo cambiar la situación por la que la queja surgió.
toma el aire, fíjate cómo se siente tu cuerpo con la queja y ahora suelta el aire lentamente por la boca como soplando una velita … dejando ir la sensación y sintiendo cómo la queja se desvanece en el aire y repite para ti… ¡Gracias!
toma el aire, fíjate cómo se siente tu cuerpo con la queja y ahora suelta el aire lentamente por la boca como soplando una velita … dejando ir la sensación y sintiendo cómo la queja se desvanece en el aire y repite para ti… ¡Gracias!
toma el aire, fíjate cómo se siente tu cuerpo con la queja y ahora suelta el aire lentamente por la boca como soplando una velita … dejando ir la sensación y sintiendo cómo la queja se desvanece en el aire y repite para ti… ¡Gracias!
toma el aire, fíjate cómo se siente tu cuerpo con la queja y ahora suelta el aire lentamente por la boca como soplando una velita … dejando ir la sensación y sintiendo cómo la queja se desvanece en el aire y repite para ti… ¡Gracias!
Terminamos… ¿Cómo te sientes? ¿Notas una sensación, te diste cuenta de algo?
Puedes hacer esta pausa tantas veces al día como lo desees, recordar que puedes respirar en lugar de quejarte puede transformar tu día.
¡Gracias por practicar conmigo! Y Recuerda que estoy atenta a tus comentarios y sugerencias sobre la práctica.