Cuando todo parece perdido, la virtud de la esperanza, la más pequeña y fuerte de las tres virtudes teologales, nos ayuda a dar un paso más. “Si la esperanza desapareciera de la tierra, no habría razón para vivir. Sin esperanza, la felicidad sería una palabra vacía”, dice el Padre Eugenio Prévost.
Esta es otra meditación del Padre Elkin López de la Congregación de la Fraternidad Sacerdotal. Un mensaje lleno de paz y de amor para los tiempos convulsos de la Pandemia del Covid-19.
A lo largo de su existencia, el hombre tiene muchas esperanzas, más grandes o pequeñas, diferentes según los períodos de su vida.