La necesidad de planificar la jubilación
Los avances en la medicina, la tecnología y el bienestar han dado como resultado una mayor longevidad y, por lo tanto, la necesidad de planificar una jubilación que podría ser muchos años más larga que la que se ha visto en generaciones anteriores. La mayoría de las personas pasará unos 15 años jubilada y es necesario pensar en cómo será la calidad de esos años.
La educación financiera es común entre las personas jubiladas. Sin embargo, los adultos más jóvenes no están tan bien informados. No está claro por qué tantas personas no planifican su jubilación a una edad temprana, pero algunas de las razones sugeridas incluyen bajos salarios, deudas por préstamos, falta de acceso a un programa de ahorro para la jubilación patrocinado por el empleador, tensión financiera por la paternidad y la propiedad de vivienda.
Se estima que solo el 25% de los adultos logran suficiente ejercicio para lograr beneficios cardiovasculares. Más del 73% de la población adulta tiene sobrepeso u obesidad. Y menos del 15% de los adultos consumen las cantidades recomendadas de frutas y verduras. Por lo que hay amplio margen de mejora relacionado con los estilos de vida que nos pudiera ahorrar tribulaciones durante la jubilación
Tanto los estados mediante las prestaciones sociales como los empleadores tienen tanto responsabilidades como beneficios de velar por la salud de las personas. Pero la responsabilidad mayor la tenemos con nosotros mismos ya sea exigiendo que todos los actores se hagan cargo de sus responsabilidades como educándonos y tomando decisiones informadas tanto en el área financiera como de la salud. Implementar cambios en los estilos de vida lo antes posible aumentaría la probabilidad de disfrutar de una jubilación larga y saludable.
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La información que se brinda por este medio tiene un propósito puramente educacional. No pretendemos diagnosticar, curar o de alguna otra forma sustituir la ayuda profesional de su médico, nutricionista, dietista u otro profesional de la salud cualificado. Usted siempre debe consultar con un profesional de la salud ante cualquier sospecha de enfermedad o cambios de tratamiento.