Hay muchas cosas en la vida que nos pueden causar alegría: lograr metas, un cumpleaños, que gane nuestro equipo favorito, que las cosas salgan como queremos, etc. Pero ¿qué pasa cuando la vida no marcha como esperamos?
La felicidad basada en nuestras experiencias puede desvanecerse en cualquier momento porque todo lo que vivimos es pasajero y muchas veces no podemos controlar los eventos que la pueden causar.
El salmista nos habla de la felicidad de ser perdonado por Dios, ese gozo no tiene comparación ya que la obra de misericordia del Señor por los que se arrepienten les permitirá experimentar el favor de Dios para siempre, por lo tanto, sin importar lo que estemos viviendo, saber que estamos bien con Dios por el perdón de nuestros pecados nos lleva a gozarnos y esa alegría nadie nos la puede quitar.