Si vemos a nuestro alrededor estamos rodeados de requisitos para diferentes cosas; para obtener un empleo se nos pide tener cierta experiencia, para poder obtener un título debemos realizar diferentes entrenamientos, donde vayamos debemos cumplir con los estándares o protocolos señalados. De no cumplir con ellos es probable que no tengamos acceso ni obtengamos lo que buscamos.
Pero, qué pasa cuando se trata de entrar al cielo ¿Existe algún requisito para entrar en él? ¿Qué pasa si no cumplo con lo estipulado por Dios? ¿Por qué él habría de establecer el estándar y no yo? Muchos quieren estar en el cielo, pero pocas veces se reflexiona sobre lo que Dios mismo ha dicho sobre quién puede estar con él para siempre.
En el salmo 24 el salmista no solo nos dice quién puede estar en la presencia de Dios, también nos dice cómo poder tener esperanza a través de la obra de Jesús.