A veces lo tenemos bastante claro... era un "no" pero justo en el último momento… decimos "sí!". Mas de una vez nos ha pasado, que perdemos la batalla por lo que realmente queremos hacer, no ponemos limites y acabamos haciendo algo que ni nos gusta, ni queremos con tal de complacer a la otra parte. Es mas difícil de lo que creemos dejar claros los limites de lo que estamos dispuestos a hacer y qué no.
Por eso esta semana, conversamos sobre lo fácil que se nos hace ser complacientes y hasta la culpa que podemos llegar a sentir si entendemos que dar una negativa puede causar molestia en quienes nos piden hacer algo con lo que no estamos tan de acuerdo.
¡Pónganse cómodos!