La autocrítica me permite analizar un comportamiento que tengo. Con autocrítica puedo reconocer un error que he cometido o un acierto. Si hago autocrítica es que comparo mis comportamientos y será gracias a la atención focalizada o dirigida que puedo establecer comparaciones en mi comportamiento.
Puedo comparar situaciones dentro de mí por la autocrítica que hago. Y puedo hacer autocrítica verdadera porque en ese momento estoy dirigiendo mi atención. Sin atención no puedo hacer autocrítica.
La autocrítica interesante es porque hago una labor de autoobservación y no me he apropiado de lo que piensa otra persona de mí. Me explico: alguien dice, por ejemplo, que soy un narcisista y lo hago mío. Y puedo decir: “Yo soy muy observador y hago autocrítica, soy un narcisista”, pero no he llegado a esa afirmación por observación, sino que me he apropiado lo que ha dicho otra persona sobre mí. He utilizado la opinión de otro.
Considero que una actitud atenta permite comparar mis comportamientos. Si puedo comparar maneras de comportarme, puedo hacer autocrítica. Si soy capaz de hacer autocrítica, mejoro el conocimiento de mí mismo.
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