La observación interna de uno mismo se pierde con facilidad ante tantos estímulos que se nos presentan en la vida diaria. Con una actitud atenta experimento ese registro de observador. Hay un recorrido corto entre perderme hipnotizado ante lo ocurrido o pasear experimentando ese centro de gravedad que me permite no ser absorbido por la situación. Hay un umbral y un querer atravesar, relajadamente, esa entrada. En un chasquido de dedos me puedo colocar en otra perspectiva y pasar de una atención ordinaria a una atención focalizada.
Con ese centro de gravedad activo hay perspectiva. En realidad, es una atenta observación sobre lo que experimento. En el momento que vivo ese centro de gravedad, sea un periodo largo o corto, experimento que soy menos susceptible, menos vulnerable a la presión de grupo o a imágenes que son mentirosas o seductoras.
El ejercicio que propone este episodio consiste en observar lo que me hace experimentar ansiedad, estrés… y me aleja de mi centro de gravedad.
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De marioneta a grifo - Blog
