Cuando una persona habla con otra y otras no siempre es escuchada y entendida. Puede parecer que se está prestando atención y que se entiende el mensaje. Esto es un gran error. Una persona, en una conversación, puede estar mirando a la que habla y no por ello estar prestando atención.
Al hablar interpretamos las palabras de nuestro interlocutor, pasamos automáticamente por un “filtro” su mensaje. Es decir, traducimos e interpretamos el mensaje que escuchamos.
Ante esta situación, la persona que habla, para saber si sus palabras son entendidas, debe prestar atención a la respuesta de la persona que escuchaba. La respuesta es clave, lo que se contesta es fundamental para una mejor comunicación. La respuesta de la otra persona está relacionada con lo que el otro ha entendido, con lo que el otro ha interpretado.
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De marioneta a grifo - Blog