Ordenar, lo comparé como cuando me llega una notificación de actualización de software para el computador o celular y le daba “recordarme después”.
Me “dejé para después” en muchos temas de la vida. Me pospuse por no querer volver a abrir puertas que sabía estaban a punto de colapsar y caería todo al suelo. Postergué el alivio,
quizá pensando que si metía todo en el closet sin darle mayor importancia, mi cuarto se vería limpio y ordenado.
Después del caos que vengo viviendo desde hace un año, luego de un viaje que desnudó mi alma y de renuncias que me dejaron a flor de piel, empecé a meter “cosas” al closet, empecé a organizar superficialmente a ver si eso tenía algún impacto en el caos emocional y mental que estaba viviendo.
Continuará...