Es indispensable el nuevo nacimiento para comprender una verdad espiritual. El apego a una tradición religiosa o recibir una falsa enseñanza, la autosuficiencia, la incredulidad, traen un velo que impide obedecer a Jesús. El Espíritu Santo aun en estas circunstancias dramáticas del ser humano, convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
Juan 8:48-52
48 Los judíos le dijeron entonces: —Tenemos razón cuando decimos que eres un samaritano y que tienes un demonio. 49 Jesús les contestó: —No tengo ningún demonio. Lo que hago es honrar a mi Padre; en cambio, ustedes me deshonran. 50 Yo no busco mi gloria; hay alguien que la busca, y él es el que juzga. 51 Les aseguro que quien hace caso de mi palabra, no morirá. 52 Los judíos le contestaron: —Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham y todos los profetas murieron, y tú dices: “El que hace caso de mi palabra, no morirá.”
Cosa tremenda hará Dios con nosotros
