1 de Pedro 1:18 -22.
“sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;”
El Señor nos recuerda por medio de esta epístola, qué por Cristo, somos rescatados de la condición de vida en que nos encontrábamos en un plan establecido desde antes de la fundación del mundo. Y el ejemplo que Jesús nos da es una invitación a manifestar el amor genuino y verdadero entre nuestros hermanos, así como Él lo hizo.
