Esta fogata fue un reencuentro maravilloso, a Zury la conocí en una noche mágica que abrió puertas y ventanas, nos mostró muchos caminos y nos entregó bellas herramientas.
Es increíble lo mucho que cambiamos en apenas cuatro o cinco años.
no sé si serán los años, las caídas, los dolores, las alegrías, las herramientas, la magia o las estrellas...
por el motivo que sea es un honor expandirme en esta Constelación
¡que la disfruten!